MEDIACIÓN FAMILIAR



 LA FAMILIA ANTE LA SEPARACIÓN

Lo que cuesta separarse:...Cuando se acaba el amor...






 
Actualmente la separación conyugal es algo cotidiano, multitud de parejas dan fin a su convivencia por causas que consideran suficientes y justificadas.
 
Son adultos, toman una decisión y la llevan adelante con las dificultades que conlleva. 
La separación es el resultado de los conflictos familiares y no su causa, y las conductas que los menores puedan presentar ante esta, no son debidas a la separación en sí misma, sino a toda la situación de conflicto y tensión antes, durante y después de la separación y a la forma en que sus padres la lleven a cabo.
 
Por ello es mejor una separación acordada que el mantenimiento de una situación conflictiva y negativa para todos los miembros de la familia.

¿Cómo decirle a los niños lo que está pasando?

En general, el impacto emocional que los hijos sufren es importante.
¿Cómo podemos actuar ante la separación?, ¿Cómo ayudar a los hijos a afrontar un cambio que altera todo su universo familiar, una familia que no convive, pero con una madre y un padre que deben seguir a su lado para ayudarles, puesto que siguen siendo sus hijos?
Lo que les expliquemos a los hijos de la separación y el divorcio les ayudará a prepararse para adaptarse a los muchos cambios de esta nueva etapa.
La separación y el divorcio no son perjudiciales en sí mismos para los hijos sino que su bienestar dependerá directamente de cómo se comporten los padres tanto individual como conjuntamente, así como de las decisiones que tomen a partir de ese momento.  
  •  Es aconsejable informar conjuntamente a los hijos en un clima de confianza, afecto y tranquilidad sobre la nueva situación que va a desarrollarse, siempre teniendo presente su edad y dejarles expresar sus sentimientos. 
  •  No es necesario dar demasiadas explicaciones de cómo se ha llegado a esta decisión, pero si dejar claro el cambio y su carácter permanente puesto que los niños generalmente esperan que sus padres vuelvan a vivir juntos. 
  • Se debe evitar que los hijos tomen partido y se sientan culpables. Cuando les explique la situación es fundamental que dejemos bien claro que ellos no tienen ninguna culpa de los problemas de la pareja ni de la decisión de separarse. 
  •  Si el divorcio lo ha solicitado sólo una de las partes, el cónyuge que prefiere seguir casado debe evitar hacer comentarios tales como: “tu padre nos deja” o “tu madre tienen un nuevo amigo”. Aunque esto pueda costar mucho cuando uno se siente maltratado y herido por la solicitud de separación, estos comentarios obligan a los hijos a tomar partido.
 Problemas en la etapa previa a la separación



Los momentos previos a concretar la separación es cuando se produce el mayor aumento de tensión y violencia en la familia.
Por lo tanto es muy importante acentuar el grado de control y atención de los padres, y evitar discutir en presencia de los hijos; y menos aún sobre los temas de custodia, visitas, o dinero de manutención.
Para los hijos asistir a una discusión es muy desagradable, puesto que sus padres son las dos personas que más quiere.
Como probablemente haya temas en los que les cuesta ponerse de acuerdo, es recomendable que sepan callar delante de los hijos y busquen espacios a solas o frente a un tercero neutral como un MEDIADOR FAMILIAR para discutirlos.
 Este profesional, imparcial, no decide, sino que ayuda a los padres en la negociación, para que voluntariamente decidan por sí mismos y amistosamente sobre todos los temas que se necesitan resolver ante la separación como guarda y custodia, visitas, separación de bienes, pensión alimenticia, etc.
El impacto del divorcio sobre los padres: problemas más habituales

 Cuando un hombre y una mujer se separan o se divorcian, experimentan un torbellino de emociones que van desde la tristeza, la angustia, la culpa, la vergüenza y el desconcierto hasta la euforia provocada por la creencia de que todos sus problemas se han solucionado.
 Justo cuando necesitan más tiempo para sí mismos, para afrontar las emociones que acompañan a la ruptura de un matrimonio y para decidir el nuevo curso de acción a seguir, sus hijos necesitan más su apoyo, su confianza y su amor.
Como consecuencia de la ruptura de pareja suelen aparecer con frecuencia algunos miedos: a perder el afecto de los hijos, a que no acepten a mi nueva pareja, a perder el control sobre los hijos, a ser comparado o sustituido por la nueva pareja del otro cónyuge, a la soledad y otros.
Debido al incremento de irritabilidad que supone la separación en muchos casos de separación en todos los miembros de la familia, es preciso estar alerta para evitar que degenere en situaciones violentas.
Hasta los niños pueden llegar a comportarse violentamente con sus padres. Si los progenitores no son capaces de dejar a un lado sus problemas interpersonales también pueden ser frecuente situaciones de manipulación o chantaje de los hijos, aprovechando la incomunicación de los padres después de la ruptura de pareja.
No intente comprar el afecto de los hijos

Es un grave error competir con el ex cónyuge por “llevarse” el afecto de los hijos y más grave aún hacerlo a través de la entrega constante de bienes materiales: juguetes, videoconsolas, viajes… este mecanismo de chantaje psicológico al que se les somete a los hijos afectará de forma muy negativa al desarrollo de su personalidad, causándoles un perjuicio grave motivado por nuestro propio egoísmo.
Como salir adelante

La ruptura de pareja es una de las experiencias más dolorosas y estresantes que una persona puede sufrir. Es un proceso largo y cada familia lo desarrolla con características propias.
Sus hijos esperan ver que son capaces de recuperarse después de una experiencia tan dura como el divorcio.
* La primera tarea del proceso de reconstrucción que deben emprender es afrontar cualquier sentimiento de fracaso, rabia o culpa.
* La segunda tarea es la de superar el sentimiento de aislamiento emocional y social. Esto requiere tiempo y la firme voluntad de reconocer la propia valía como individuo, y evitar las interacciones negativas con el ex cónyuge en favor de una tarea conjunta como padres
Recomendaciones útiles a tener en cuenta con los hijos de padres divorciados
  1. Escúchelos atentamente y piense como se sentiría usted en esa situación.
  2. Fomente la cooperación para la realización de tareas.
  3. Fomente la autoestima al elogiar y reconocer a sus hijos cuando han realizado las tareas pedidas o cuando han tenido iniciativas positivas.
  4. Ayude a sus hijos a reconocer el sentimiento de enfado y a expresarlo sin ponerse agresivo. Establezca normas básicas de seguridad, convivencia y disciplina, no castigando sino instruyendo y dando pautas claras.
  5. Tener un animal de compañía y responsabilizarse de su cuidado, ayuda mucho a los niños a elevar su autoestima y disminuye sus sentimientos de soledad y tristeza.
VOLVER AL BLOG



10 CONSEJOS PARA EVITAR QUE EL DIVORCIO AFECTE NEGATIVAMENTE  
 A TUS HIJOS



                                                    
                                               

1) Ayuda  a tu hijo a relacionarse con el otro padre. En la mayoría de los casos la custodia compartida es lo mejor para los hijos, salvo que haya un historial de malos tratos, problemas de adicciones o trastornos mentales graves en uno de los padres. Recuérdale a tu hijo las fechas señaladas: el cumpleaños y el día del padre o día de la madre. Ayúdalo a escoger un regalo, enviar una tarjeta de felicitación o llamar por teléfono, aunque tu ex no haga lo propio. Tus hijos, con el paso del tiempo, se darán cuenta de quién fue el padre más maduro y aprenderán a imitar esa madurez.
2) Evita que tus hijos sientan lástima por ti. Cuando vayan a pasar tiempo con el otro padre, evita las despedidas dramáticas y emotivas. Hazte la fuerte o el fuerte y deséales que lo pasen bien. Los hijos sienten angustia si creen que sus padres sufren en su ausencia. No les digas que "les necesitas". Ámalos, dales cariño y permiteles que reciban el mismo amor del otro padre. Comunícate con ellos a menudo cuando no estén contigo, pero no seas pesado o pesada ni entrometido/a.



3) Intenta ser flexible. Los hijos sufren mucho cuando los padres se pelean por quién tendrá a los niños en qué fechas. Ellos querrían poder estar con ambos. El calendario de custodia es uno de los mayores puntos de conflicto entre separados y divorciados. Procura tener siempre en cuenta qué es mejor para tus hijos. Si tu ex te pide que los niños pasen una fecha señalada con él porque vienen los tíos y primos, piensa en lo bien que lo pasarán tus hijos y no en lo sola o solo que tú te sentirás. Con suerte, tu ex será igual de generoso contigo y con vuestros hijos. Si no lo es, tu responsabilidad sigue siendo la de ofrecer un buen ejemplo para los niños y darles la oportunidad de disfrutar de ambas familias.

4) No hables mal de tu ex delante de ellos. No lo hagas, jamás, por ningún motivo, por justificado que creas que sea. Tus hijos no son culpables de vuestras desavenencias, y merecen tener una buena relación y amar a ambos padres por igual. Si criticas a tu ex, se sentirán confusos y culpables por amarlo o amarla. Cuando sean más mayores, respetarán al padre que se mostró más cívico y racional y aprenderán que ese comportamiento es el más ventajoso para todos.




5) Aprende a tratar a tu ex como te gustaría que te tratara a ti. Esto es muy difícil para la mayoría, ya que suele haber un historial de reproches y resentimiento. Pero cuando sientas la necesidad de venganza o de hacerle daño (usando a tus hijos como arma arrojadiza), procura canalizar tu frustración. Aunque tu ex no te corresponda con el mismo trato respetuoso, tus hijos a la larga apreciarán e imitarán tu diplomacia y control emocional.

6) No uses a tus hijos como mensajeros. No solo pueden confundir el mensaje sin querer, sino sentirse mal si el otro padre tiene una mala reacción al comunicado. Si tienes que decirle algo a tu ex, díselo directamente. Si no podéis hablar por teléfono o en persona porque no os soportáis, entonces que los comunicados sean por correo electrónico o mensajes de texto. No está de más aprender métodos eficaces de comunicación.


7) No compares a tu hijo con tu ex. Si hace algo que te desagrada y le dices: "¡Eres igual que tu padre! (o tu madre)" sólo conseguirás que se sienta culpable y baje su autoestima. Cuando te sientas frustrado o frustrada, habla con un amigo o un terapeuta, pero no con tus hijos.

8) Recuerda los motivos por los que es  tu ex. Ya no estás con él o con ella. Si no cambió durante vuestro matrimonio, ¿por qué esperas que cambie ahora? Más aún, no es tu responsabilidad. Vive tu vida y déjale que viva la suya. Incluso cuando una pareja vive bajo el mismo techo , hay diferencias de opinión en cuanto a criar a los hijos. A menos que se trate de algo que ponga en peligro a tus hijos, deja que tu ex se relacione con los niños a su manera. Desapégate de sus acciones y de su forma de ser y ocúpate de desarrollarte tú como persona y como padre o madre.



9) Aprende a cuidarte ¡Es tu momento! Una madre o un padre divorciado será mejor padre si sus propias necesidades están cubiertas. No permitas que tus hijos sean el centro de tu vida o notarán, por pequeños que sean, que los necesitas y se sentirán culpables de no poder hacerte feliz. Desarrolla aficiones, establece una red social, busca apoyo emocional y psicológico si hace falta. Establece metas personales y profesionales. Eres madre o padre pero antes eres mujer u hombre. No lo olvides.



10) Abre tu mente para tu próxima relación de pareja, y así evitarás caer en los mismos errores del pasado. Separa tu vida amorosa de tu vida familiar hasta que pienses que tu nueva pareja va en serio. Los niños pueden sufrir más después de una segunda separación que tras la primera. Asegúrales y muéstrales con tus acciones, que ellos están por encima de cualquier otra persona. Si tu nueva pareja tiene hijos, da tú el paso de recordarles que su padre o su madre siempre los amará, y así evitarás que sientan celos.







                                                        ETAPAS DEL DUELO AMOROSO



Cuando se produce la ruptura en una relación de pareja creemos  que el mundo se derrumba. Te sientes superado y sin alternativas de acción: Miedo, ansiedad, vulnerabilidad, desesperación, bloqueo, ...
Algo que considerabas estable ha cambiado, pero no sabes como afrontar este cambio, cómo enfocar tu vida. Necesitas un período de adaptación, un tiempo para recuperar de nuevo la estabilidad y aceptar lo sucedido. Este periodo de tiempo se llama DUELO.
En este período de ajuste emocional, las emociones fluctúan constantemente, son como una montaña rusa y para superar el duelo inevitablemente se pasará por seis etapas. No siempre siguen el mismo orden y la duración de cada una de ellas es variable en cada persona, incluso se puede volver a pasar por una o varias de ellas más de una vez.

                                                  FASES DEL DUELO EN LA SEPARACIÓN
 NEGACIÓN: No se acepta la nueva situación: "Esto no está pasando". Es un mecanismo de defensa para retrasar la reacción posterior. Se quiere negar la evidencia para protegerse de lo que implica la ruptura.
 RABIA: Es una reacción emocional a la realidad, al sentirse herido: "No me merezco esto" "¿Por qué a mi?". Aparece la rabia, el enfado, la ira con la vida, el mundo. Expresarlo, sacarlo de dentro es la mejor manera para liberarse de ella.
 CULPA: Se siente culpabilidad por la nueva situación o se busca esta culpabilidad en la otra persona o fuera de la relación: "La culpa de todo es mía/suya/del trabajo/de su madre/de su amiga/o...". Es una forma de buscar explicaciones a lo que ha ocurrido, de encontrarle sentido y poder justificarlo. Buscar culpables o convertirse en víctimas es improductivo, pero en cierto modo, es inevitable.
 NEGOCIACIÓN: Se trata de negociar con Dios, el destino o con quien esté involucrado en la situación: "Si esto cambia, yo cambiaré, haré lo que me pide" "Si vuelvo a ser más cariñoso/a igual vuelve conmigo". Es una nueva conducta de defensa, de querer volver a estar como antes, de retomar la situación.
 DEPRESIÓN: Las cosas han cambiado y la persona comprende que se encuentra en el final de algo, pero aún no ve el principio de lo que sigue: "Nada tiene sentido" "Nunca voy a encontrar a otra pareja". Se es consciente de lo que ha perdido y la pena puede provenir no solo de la pérdida de la persona, sino del tiempo que se compartió y del fracaso del proyecto de pareja.
 ACEPTACIÓN: La situación no cambia externamente, sólo queda cambiar internamente aceptando los hechos y modificando la escala de valores: "Veo claras muchas cosas en las que antes ni pensaba". Se han reestructurado ideas, pensamientos y creencias, se tiene un nuevo enfoque. 
Aunque en un principio no te veas capaz de sacar algo bueno de esta situación, cualquier situación por negativa que sea nos aporta algo positivo. De hecho, aprendemos más de lo negativo, de lo doloroso, porque lo positivo no nos hace recapacitar. Es una valiosa oportunidad de crecimiento personal, te das cuenta que eres más fuerte y creativo de lo que pensabas, descubre nuevas facetas y habilidades que estaban escondidas dentro de ti.
Todo dolor acaba diluyéndose, sé paciente y da tiempo al tiempo. Es un proceso paulatino, sin prisa donde el resultado es un cambio profundo y de enorme crecimiento personal.





1 comentario:

¿Te ha parecido interesante este artículo?